En un gesto que no pasó desapercibido, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se distanció de una de las afirmaciones más resonantes del presidente Javier Milei. En una entrevista televisiva, negó haber declarado que “lo peor ya pasó” y estableció diferencias con el uso que de dicha frase hizo el expresidente Mauricio Macri en 2018, según informó una fuente importante. Este contraste introduce una nueva perspectiva política en el actual debate sobre la dirección económica y la gestión gubernamental.
Un periodista consultó a la ministra Bullrich sobre el riesgo de establecer “marcos evaluatorios” en política, rememorando que Macri había utilizado esas mismas palabras poco antes de la crisis de 2018. La ministra respondió enfáticamente: “Yo no dije lo peor ya pasó”. De inmediato, el entrevistador aclaró que Milei había sido el autor de la frase en su último discurso, lo que llevó a Bullrich a subrayar que, en aquel momento, el escenario era diferente.
“Bien, pero en marzo nosotros estábamos mejor que ahora. Ahí empezó la guerra política”, afirmó la funcionaria, aludiendo al contexto que experimentó la gestión de Cambiemos hace seis años. Con esta respuesta, la titular de Seguridad no solo intentó desvincularse de la frase presidencial, sino que también dejó entrever una visión crítica respecto a la comparación entre ambas coyunturas.
El intercambio, breve pero significativo, refleja la intención de Bullrich de distanciarse de un mensaje que para muchos analistas se convirtió en un símbolo negativo del gobierno de Macri. La ministra, quien actualmente forma parte del gabinete de Milei, busca evitar quedar atrapada en una narrativa que evoca recuerdos de crisis económica y pérdida de confianza.
La comparación con el 2018
La inevitable referencia al discurso de Mauricio Macri en marzo de 2018 marcó el tono de la entrevista. En aquel entonces, la frase “lo peor ya pasó” fue pronunciada antes de que estallara una de las crisis más severas de su gestión. Ese antecedente hace sensible cualquier intento de reiterar la misma consigna en la actualidad, en medio de un escenario social y económico aún complejo.
Bullrich enfatizó que, a diferencia de aquella etapa, hoy Argentina enfrenta un clima político mucho más áspero. Al referirse a una “guerra política”, la ministra destacó que el conflicto con distintos sectores es una de las principales características del presente. En ese sentido, su respuesta se interpreta como un llamado a la cautela en el discurso presidencial, a fin de no incurrir en comparaciones que puedan resultar contraproducentes.
Por otro lado, el gesto de la ministra también suscita interrogantes sobre las diferencias internas en el propio gabinete de Javier Milei. Si bien Bullrich ha mostrado alineamiento en cuestiones de seguridad, no dudó en marcar matices cuando la narrativa oficial toca un punto sensible para la memoria reciente de la sociedad argentina.
Repercusiones políticas
El posicionamiento de Bullrich podría tener un impacto en la dinámica interna del gobierno. Analistas señalan que su negativa a respaldar la frase presidencial revela un intento de preservar su capital político frente a un contexto incierto. De esa manera, busca mantener un margen de maniobra en caso de que la situación económica se complique en los próximos meses.
Asimismo, la comparación con Macri introduce un elemento adicional en el debate público. Para algunos, retomar expresiones vinculadas con la gestión de Cambiemos puede debilitar la credibilidad del discurso actual. Para otros, la diferenciación de Bullrich confirma que dentro del propio oficialismo existe conciencia de los riesgos de repetir errores pasados.