Bueno, la verdad es que después de la derrota electoral del oficialismo en la Provincia de Buenos Aires y toda esta movida en el mercado, los empresarios le bajaron un montón a sus expectativas de crecimiento para este año. Están todos con el freno de mano puesto, esperando a ver qué pasa en las elecciones de octubre para tomar cualquier decisión.
Si en 2024 el sector privado todavía soñaba con una recuperación más clara, en 2025 lo que reina es la cautela. Ahora, las proyecciones dependen del calendario político y de las medidas económicas que el gobierno decida mantener, cambiar o eliminar, sobre todo las que tienen que ver con las tasas de interés y el tipo de cambio.
Esta onda de “empresario en stand by” se da en un contexto poco alentador para la actividad. “Las expectativas cayeron mucho desde mediados de 2024 en adelante”, admite una fuente del sector industrial.
Es que a mediados del segundo semestre del año pasado, la economía venía recuperándose, despacito y de forma irregular, después de los primeros seis meses de gestión donde la contracción se sintió con más fuerza.
Sin embargo, charlando con nuestra redacción, algunas fuentes que producen en la PBA pensaban que en 2025 el arreglo de la macroeconomía iba a ir de la mano con la reactivación de la micro de forma más armónica.
Industria: más sectores se suman a los reclamos por la caída en la producción
Pero esa proyección no va para nada con la realidad. Al contrario, en núcleos industriales como la Unión Industrial Argentina, aseguran que “aumenta el nerviosismo”. Se nota en las reuniones de la Junta Directiva del organismo: “el ambiente de las reuniones se puso más picante en los últimos meses, sectores que antes no se quejaban, ahora lo hacen”, nos alertan.
La explicación es simple: el consumo no levanta cabeza de forma constante y eso pega directo en las cuentas de las empresas. “Primero te preocupás, después ajustás y, finalmente, te empezás a poner nervioso”, grafica otro industrial.
El panorama es complicado en rubros como indumentaria o calzado, y se pone peor en otros, como la metalurgia o el mobiliario. Un empresario de Mar del Plata nos da un ejemplo extremo: una marca de sweaters muy conocida que ahora produce prendas de menor calidad “solo para cubrir costos”.
El consumo se recupera frente a 2024, pero está en niveles históricamente bajos
Otro sector que siente la retracción de la economía es el de consumo masivo. Según datos de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) que nos compartieron, en el primer semestre de 2025 las ventas minoristas de alimentos y bebidas crecieron un +4,1% interanual, aunque todavía están por debajo de la mayoría de los años anteriores (solo superan a 2019).
Desglosando, los alimentos muestran una recuperación más consistente: +2,2% interanual y +4,9% acumulado de enero a junio. En bebidas, en cambio, la cosa viene floja: -4,1% interanual y estancamiento frente a 2024. El contraste es notorio también en lo que dicen los proveedores. Por ejemplo, una empresa de agua embotellada reconoce que sus ventas cayeron un 25% en un año.
Fábricas modelo en alerta por la llegada de productos importados
Para colmo, la apertura importadora está acelerando la reconversión del entramado productivo y cada vez más proveedores quedan en el medio de la cadena, aumentando la posibilidad de que desaparezcan.
La llegada de productos importados es motivo de alerta en la mayor parte del sector industrial, aunque –paradójicamente– desde el Gobierno aseguran que el futuro del país debe estar marcado por el desarrollo empresarial.
Un ejemplo claro: en nuestra redacción participamos de un almuerzo en una fábrica en Almirante Brown, donde estaba un funcionario del área de Industria y Comercio. Allí, dijo que el futuro de Argentina se disputaba entre “el pasado” y “fábricas como la que me toca visitar”. Minutos después, este diario consultó por la situación actual de la marca: caída en ventas, menos exportaciones por el tipo de cambio y los altos costos, preocupación por la entrada masiva de importaciones chinas, limitando el valor agregado a los productos de colección.
El deterioro del entramado industrial no parece ser motivo de preocupación para el Gobierno en tiempos electorales. Un integrante de una entidad que representa al sector empresarial de la PBA cuenta que “llegó un emisario” del oficialismo para establecer “un puente de relación y financiamiento para la campaña”. “Sé cuando la conversación es de plata. No estamos para financiar a nadie, menos ahora”, ironiza en la charla.
Una economía que pierde impulso
Para Haroldo Montagu, economista jefe de la consultora Vectorial, la clave está en que “hay una caída en las expectativas que también se refleja en la actividad”. Según explicó, los empresarios toman decisiones en función de la demanda y hoy ese motor está apagado.
“El principal motor de los empresarios son las expectativas de crecimiento. Al no haber expectativas, las subas de tasas de interés, la volatilidad cambiaria y financiera terminan impactando de lleno en sus decisiones”, sostiene en diálogo con este medio.
Montagu advierte que el crecimiento que se vio en el primer semestre de 2025, con un promedio del 6,2% anual, tuvo mucho de rebote frente a la baja base de comparación del primer semestre de 2024 –cuando se sintió con más fuerza el impacto inicial de las políticas del gobierno de Milei–. “Ese 6% no es crecimiento genuino, es rebote”, remarcó.
De cara al segundo semestre, el economista proyecta un escenario mucho más pobre: tasas cercanas al 3% anual, incluso con registros intermensuales negativos. Así, el año podría cerrar con un crecimiento en torno al 4-4,5%, por debajo de las proyecciones del FMI y la CEPAL, que anticiparon un 5%.
En ese sentido, Montagu alertó que este año podría terminar mostrando un crecimiento menor al “arrastre estadístico” del 4,4% heredado de 2024. “Si crece menos que el arrastre, en algún punto decrece, porque te comiste parte de ese envión”, explicó.
Reforma laboral, clave en la agenda legislativa que el Gobierno buscará imponer si tiene éxito en octubre
Aunque el oficialismo sufrió un revés electoral importante, con una diferencia de más de 13 puntos en la Provincia de Buenos Aires, el Consejo de Mayo no pierde las esperanzas de que La Libertad Avanza logre un triunfo por la mínima después de las elecciones de octubre y ponga en discusión un tema súper prioritario en su agenda: la reforma laboral.
Un integrante del órgano colegiado consultivo creado en junio cuenta que el objetivo es profundizar el espíritu del Decreto 70/2023 y asegura que cuenta con el aval de la pata sindical para discutirlo. Esto solo podría tratarse si mantienen el apoyo político en el Congreso: los grandes empresarios ven con expectativa una modernización de las reglas laborales, pero también advierten que el proceso puede abrir un nuevo foco de conflicto social.