Analistas locales han interpretado el rescate del Tesoro de EE. UU. con cautela y escepticismo, especialmente en cuanto a los plazos para la divulgación de las condiciones al mercado. Esta percepción es compartida por analistas internacionales, quienes califican la intervención como una solución temporal, no definitiva. Oxford Economics (OE) la describe como una “curita”, mientras que Pantheon Macroeconomics (PM) también expresa reservas sobre la efectividad del rescate de Trump a Milei.
Tanto en el ámbito nacional como internacional, existe una marcada expectativa por novedades sobre las negociaciones entre el equipo económico, el Tesoro de EE. UU. y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, en el exterior, la relevancia del rescate es minimizada y se profundizan las dudas sobre la sostenibilidad del programa económico, particularmente en lo que respecta a la estrategia cambiaria.
Según Oxford Economics, “El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, anunció un préstamo de u$s20.000 millones a Argentina para mitigar semanas de significativas ventas de activos argentinos y la presión alcista sobre el peso. Si bien esta medida refuerza la confianza y garantiza el pago de bonos hasta 2026, no aborda sustancialmente los problemas subyacentes de Argentina”. Los economistas de la consultora británica enfatizan que el rescate es una “curita”, no una cura (“US support for Argentina is a band-aid not a cure”).
En su reciente informe sobre Argentina y el apoyo estadounidense, se sostiene que las decisiones económicas del gobierno (de Milei) posteriores a las elecciones intermedias de octubre permanecen inciertas. Sin embargo, se advierte que corregir la sobrevaluación del peso en un 20% es fundamental para una acumulación sostenible de reservas. “No obstante, esta medida implicaría un costo en el apoyo social al presidente Javier Milei, ya que la inflación se incrementaría”, se considera.
Respecto al paquete de ayuda, se indica que, tras una acentuada liquidación de activos argentinos y una creciente presión sobre el peso en las últimas semanas, la administración Trump otorgará un préstamo de u$s20.000 millones al gobierno argentino mediante una línea swap y un crédito stand-by, “cuyas condiciones aún no han sido especificadas”. Se afirma sin ambages que “si bien la medida ofrece un impulso a la confianza de los mercados y garantiza el pago de bonos en 2026, el préstamo dista mucho de resolver los problemas de Argentina”.
OE opina que la problemática de Argentina no reside en la escasez de dólares, sino en la ausencia de una metodología sostenible y a largo plazo para generarlos. “La estrategia gubernamental para asegurar dólares se ha fundamentado en la acumulación de mayor deuda a través de organismos internacionales, repos y, ahora, del gobierno estadounidense, lo cual es insostenible”, se advierte. Por ende, se explica que, para establecer un flujo constante de dólares, “el Gobierno debe abordar la sobrevaluación del peso en un 20%, una medida que Milei no ha estado dispuesto a adoptar debido al costo político de un incremento inflacionario”. No obstante, “su política actual de control del peso también ha demostrado ineficacia recientemente, a medida que el apoyo a la oposición ha crecido. Según OE, las políticas de Milei no han gestionado eficazmente la sobrevaluación del peso”.
Pantheon Macroeconomics: riesgos políticos y fragilidad del mercado
Por su parte, los economistas de PM señalan que, desde mediados de septiembre, el índice bursátil S&P Merval ha reflejado la creciente inestabilidad económica y política de Argentina, manteniéndose significativamente por debajo de sus máximos anteriores y caracterizado por una alta volatilidad, ubicándose en los últimos días un 29% por debajo de su máximo de enero. Explican que el mercado no ha logrado recuperarse de la caída del 14% a fines de agosto, provocada por la derrota de la coalición del presidente Milei en Buenos Aires, y los repuntes intradiarios han sido efímeros, manteniendo el índice en un rango amplio.
Consideran que las pérdidas cercanas al 50% en dólares, amplificadas por la debilidad del peso argentino, reflejan la actual crisis de confianza en un contexto de desaceleración de la desinflación, creciente inestabilidad política y primas de riesgo elevadas. Por ello, señalan que “los reveses políticos han generado dudas sobre el impulso reformista del gobierno, mientras que las acusaciones de corrupción en el entorno del presidente Milei han profundizado la desconfianza”.
En consecuencia, la depreciación del peso a mínimos históricos cercanos a $1.435 por dólar ha intensificado la presión sobre el Banco Central y ha elevado los diferenciales de los bonos a más de 1.200 puntos básicos. Además, agregan, como “la inflación general aún supera el 35% y las expectativas de crecimiento están disminuyendo, con el riesgo de una recesión, los inversores mantienen una postura defensiva antes de las elecciones intermedias de octubre, a pesar del respaldo reafirmado de EE. UU. y el FMI”.
También se pondera no solo la inestabilidad política sino también la debilidad parlamentaria: la coalición del presidente Milei perdió las elecciones en la provincia de Buenos Aires y las tensiones aumentaron por el veto de proyectos de ley fiscales. “El repunte de finales de septiembre probablemente refleja un alivio táctico más que un cambio estructural. Si bien los márgenes cambiarios pueden haber mejorado, la volatilidad se mantendrá alta”, afirman desde PM.
La consultora británica destaca que los mercados continúan cotizando el tipo de cambio por encima del límite de la banda cambiaria para fin de año, y la inflación, el riesgo fiscal y la fragilidad política afectan la confianza. En un contexto donde las tasas de interés paralelas han divergido y los diferenciales de la deuda soberana siguen elevados, y con las elecciones intermedias de octubre en el horizonte, se opina que el peso seguirá siendo vulnerable. “El respaldo estadounidense y los flujos de divisas ofrecen un respiro, pero la credibilidad y la estabilidad política son los pilares fundamentales”, sostienen..