Funcionarios gubernamentales y representantes del sector agropecuario mantendrán una reunión este lunes a las 15 horas en la sede del Ministerio de Agricultura. Si bien el propósito formal del encuentro con la Mesa de Enlace será coordinar asuntos relacionados con el INTA, desde el sector rural se espera que también se aborde la delicada cuestión de las retenciones.
Durante el fin de semana, el descontento del campo no disminuyó. La eliminación temporal de las retenciones a la exportación de granos y carnes –medida que estuvo en vigor por apenas unas horas– fue objeto de críticas, dado que benefició principalmente a las grandes empresas exportadoras.
Desde el Gobierno aún no han confirmado qué funcionarios conformarán la mesa oficial. Aunque el eje principal del diálogo será el INTA, fuentes del sector agropecuario indican que insistirán para que el debate sobre los derechos de exportación permanezca en la agenda.
Retenciones: el malestar de los productores agropecuarios
Días atrás, el Gobierno decidió eliminar las retenciones hasta el 31 de octubre o hasta que se alcanzaran los 7.000 millones de dólares en liquidaciones. Dicho monto fue rápidamente cubierto por cerealeras como LDC, Bunge, AGD, Cofco, Molinos y Viterra. En consecuencia, se restableció el esquema de retenciones.
Para CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), esta maniobra constituyó una “negociación” de carácter financiero: una estrategia para obtener dólares urgentes y “contener una crisis” cambiaria, pero que dejó al productor con la sensación de haber sido engañado. Su vicepresidente, Javier Rotondo, fue contundente al afirmar: “Fue una burla… el productor se sintió defraudado”.
Un senador de la provincia de Buenos Aires, Maximiliano Abad, opinó que lo que se presentó como un gesto hacia el campo terminó siendo una concesión para las cerealeras: “una medida que favoreció a los grandes exportadores en detrimento del Estado y los productores.”
Norberto Yauhar, exministro de Agricultura, fue más allá al expresar que esta actuación fue “un cachetazo rotundo a la producción”, que solo benefició a un reducido grupo de empresas. A su juicio, la celeridad con la que las cerealeras liquidaron dólares demuestra que la operación estaba planificada con antelación.